Cerrar ciclos nos potencia
Ya en el ocaso de este fiero 2016 se hace menester echar un ojito hacia el pasado. Tal vez te sientas cansad@ y agotad@, como sin fuerzas para seguir, y esto se debe quizás a los ciclos que aún no hemos cerrado y que nos mantienen anclados a situaciones que no se terminan de resolver, y en ese limbo que surge entre lo que queremos y lo que no hacemos, se abre una brecha que nos roba la energía y no nos deja fluir hacia la vida que queremos.
Creo que se hace oportuno hacer un inventario de los ciclos que tenemos abiertos, desde los deseos no cumplidos, las deudas, las tareas pendientes, las promesas no realizadas, los trabajos no entregados, las palabras no dichas, hasta los regalos guardados, las decisiones postergadas, las relaciones no definidas y el perdón. Todos estos, y hasta más, terminan al final convirtiéndose en grilletes que nos aminoran el paso y no nos permiten enfocarnos en vivir el ahora a plenitud.
Hagamos un inventario, separando lo que ya expiró, lo que ya conscientemente sabemos que no vamos a hacer y lo que realmente nos está perturbando. Y después de seleccionados los ítems, es hora de hacernos cargo . . . sin maltratos, sin letargos, un pasito a la vez . . . Con la disposición de quien toma una medicina para el estrés . . . Con la alegría de quien avanza y se supera por encima de las circunstancias y del propio YO.
Todo lo que hacemos conlleva un beneficio y cerrar los ciclos definitivamente nos potencia, haciéndonos más responsables, y por lo tanto más poderosos y capaces.
Aprovecha estos días para darle un «Stop» a la marcha y tomarte unos breaks para cerrar esas llaves de energía abiertas, y enfocarte en hacer una mejor versión de ti.
Fotografía: José Miguel Arends R
