El paraíso está en Panamá

Andrés Matos | Oct 17, 2019

Un pedazo de Mar Caribe en la Comarca Ngäbe-Gublé

El trip del fin pasado fue hacia la comarca indígena Ngäbe-Gublé para conocer una isla de tan solo 3 kilómetros cuadrados, Isla Escudo de Veraguas. A pesar de llevar el nombre de una provincia, no pertenece a ella, siendo un tema de confusión entre los locales y los mismos turistas al tratar de identificar su precisa ubicación. Pero antes de llegar conocimos otros lugares.

Comarca Ngäbe-Gublé / Créditos: Andrés Matos (@andres-matos)

Kusapín, tierra de pescadores

Un recorrido de, aproximadamente, 6 a 7 horas con lancha incluida fue lo que tardamos en llegar, parcialmente, a nuestro destino. Nuestra primera parada fue en Kusapín. En la lengua Misquito, usada por la comarca indígena Ngäbe-Gublé, Kusa significa pavo real, mientras que Pin simboliza una pequeña tortuga de nombre jicotea o tortuga pintada. Lo cierto es que en Kusapín nos detuvimos a almorzar, muchos necesitábamos recargar las energías gastadas en el camino, bien sea por no dormir bien o porque simplemente el cuerpo nos lo pedía, puesto que salimos el viernes en la madrugada. Ya en Kusapín se apreciaban las diferentes tonalidades de azul, en parte, por la presencia de corales que rompen las olas del Mar Caribe, lográndose distinguir a simple vista el azul turquesa del azul eléctrico. Nuestro almuerzo fue bien costeño, tenías para elegir entre pescado o langosta. Ambas opciones muy ricas, por cierto. Postdata, originalmente este distrito se escribía con la letra “C”, Cusapín, pero desde 1997, cuando se dio origen a la comarca pasó a escribirse con “K”, porque en la lengua Misquito no existe la primera letra.

Kusapín / Créditos: Andrés Matos (@andres-matos)

Hora de instalarse

Tras dos horas en lancha, mientras cabeceábamos por el cansancio o la paz que brindaba el mar en combinación con el viento, llegamos a nuestro objetivo: Isla Escudo de Veraguas. Como bien señalé, no pertenece a la provincia de Veraguas ni a Bocas del Toro, como indica el GPS, sino a Tobobe, comarca Ngäbe-Gublé, territorio indígena independiente, pero igual de Panamá. En la isla existe fauna única, hay especies que solo son endémicas de esta isla: El ave paseriforme saltarín cuellidorado (Manacus vitellinus amitinus), la salamandra marítima (Oedipina maritima) y el perezoso pigmeo de tres dedos (Bradypus pygmaeus). Intentamos ver este último, pero no lo encontramos dentro de los árboles de los canales de la isla. Lo que sí encontramos, algo extraño, fue un pavo. ¿Cómo llegó hasta ahí? No sabemos aún. Llegó el momento de instalar nuestras carpas para descansar. ¿Quién nos acompañaría? Descífralo en el siguiente cuerpo de texto.

¡Sálvese quien pueda!

Ya instaladas las carpas, con una leve fogata para alejar a los mosquitos y a los chitras (parecidos a los jejenes), nos acompañaría repentinamente una lluvia duradera. ¿Cómo pasó? No sabemos, porque no había señales de nubes grises. Lo cierto es que duró unas cuatro horas seguidas. Pocas carpas fueron las que sobrevivieron y no se mojaron por dentro. Las demás fueron desalojadas por sus visitantes. Una cabaña donde se alojan los pescadores, esto solo ocurre en temporada de pesca, fue el sitio ideal para dormir secos. En mi caso particular, opté por sacar un paraguas, que siempre cargó, para mantener mis equipos fotográficos secos, lejos de que se pudiesen dañar. Supongo que será una noche más para contar.

Templo Degó y Punta Tiburón

Hay dos destinos, cercanos a Isla Escudo de Veraguas, que son atractivos turísticos. El primero, Templo Degó, se trata de una cueva/playa que, diría yo, está en peligro de extinción porque muy difícilmente las paredes que lo conforman sostendrán toda la vegetación que crece encima, incluyendo árboles gigantescos que solo se sostienen por sus fuertes raíces, porque ya están ladeados. El segundo, Punta Tiburón, se trata de una pequeña isla, donde se aprecian millones de tonalidades de azules a lo largo. ¿Por qué el nombre? Conversando con un local, me comentó que el término deriva a un vocablo de su lengua que significa “desembocadura tiburón”, porque la serie de cuatro islas rompe con la corriente y hace que los peces se acumulen, atrayendo a tiburones, como los tiburones martillo e, incluso, me comentó de tiburones blanco, pero a menor escala, no tan grandes.

¿Cuál es la lección aprendida?

“Caminar es mucho más que poner un pie delante de otro”, señaló Fréderic Gros. Con cada viaje me doy cuenta que caminar y conocer es reivindicarse y hacer introspección en un mar que nunca se acabará, un punto de fuga que pareciese tener un fin, pero no lo tiene.


Provincia: Comarca Ngäbe-Gublé

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