La iglesia de Santa Bárbara en Llanera, estuvo abandonada durante décadas. En 2007 la compró Ernesto Fernández, quien decidió dedicar la desacralizada iglesia a su hobby: el skate.
Creó el colectivo Church Brigade para transformar la iglesia de Santa Bárbara en un espacio de peregrinaje para amantes del skate. La creatividad salió de sus mentes y el dinero de sus bolsillos. En 2014 este proyecto llegó a oídos del artista santanderino Okuda San Miguel, que nada más ver el espacio se enamoró y supo que tenía que formar parte de él con su arte. Organizaron un crowdfunding y consiguieron el dinero y los patrocinadores para pagar los materiales necesarios. En poco más de una semana llevaron a cabo la transformación. Pasó de ser una antigua iglesia convertida en skatepark, a ser un templo lleno de color y formas geométricas, de cuerpos sin identidad, de símbolos contrarios y animales sin cabeza.
En las siguientes imágenes te mostramos el skatepark en todo su colorido esplendor.
Fuente: lamaletadecarla.com