La Cruz: ¿Qué hay más allá de lo que vemos?

Una naturaleza indefinible y viva del símbolo de la cruz

Andrés Matos | feb 11, 2020

Una naturaleza indefinible y viva del símbolo

El símbolo se diferencia del simple signo por la connotación que anima a dos personas a combinar los simples materiales con que está hecho el objeto, bien sea metal, cerámica, madera, plástico, con aquello imaginario, arquetipos, mitos y hasta estructuras mentales.

Es el reconocimiento entre dos seres lo que termina por transformar un signo en un símbolo. Dos partes, quizás en desacuerdo, muestran sus lados en común para unir lazos. El símbolo deslinda y une; entraña la idea de separación y reunión a la vez; evoca a una comunidad que puede estar separada, pero con las posibilidades de reformarse y reencontrarse.

En palabras de Sigmund Freud en el Diccionario de Símbolos de Jean Chevalier (1986): «Es la relación que une el contenido manifiesto de un comportamiento, de un pensamiento, de una palabra a su sentido latente…» (Pág. 22). Para ello, continúa diciendo: «Desde el instante en que se reconoce, a un comportamiento por ejemplo, al menos dos significaciones, una de las cuales sustituye a la otra enmascarándola y expresándola a la vez podemos cualificar de simbólica su relación» (Pág. 22).

Rimas de Becker, recopilador, nos compara el símbolo con un cristal, puesto que devuelve de forma diferente la luz, según la cara que lo reciba. Y, por ende, el símbolo se adecúa a las épocas y a las distintas interpretaciones que le dé.

La Cruz a través de los tiempos

Inicio mencionando que las figuras simples que han acompañado al ser humano son: El círculo, el centro, el cuadrado y la cruz. Sí, la viste bien, la cruz. Son los símbolos fundamentales del psiquismo humano.

De acuerdo a Carl Jung, aprendiz de Freud, señala que la aparición de Adán como sabio viejo es la necesidad de integrar la sabiduría tradicional con la sabiduría latente, siendo el segundo Adán el considerado hombre terrenal, el advenimiento de la nueva humanidad, por medio de las cenizas de la antigua. Y, ¿qué símbolo aparecería? La misma cruz, que se levanta de la tumba.

Luego, la cruz, cuando muere Adán, será una referencia de las leyes establecidas entre Adán y Cristo. Un acuerdo preestablecido entre lo terrenal y lo celestial.

Vayámonos a algo más reciente, en México, la cruz simboliza el creador y dador de vida, emblema del brote de maíz dicotiledóneo. Por lo tanto, la cruz es la tierra.

La cruz, en dirección a todos los puntos cardinales, es la base de todos los símbolos de orientación, en los diferentes planos de existencia del ser humano. En otras palabras, un triple acuerdo no-explícito de la cruz: La orientación espacial en relación a sí mismo, la orientación espacial en relación a los puntos cardinales terrestres, la orientación temporal con los puntos cardinales celestes. La orientación espacial marcada por el eje oeste-este con la puesta y salida del sol. La orientación temporal, a su vez, marcada por la rotación del mundo, entendiéndose por norte-sur, o arriba-abajo. La unión de ambas orientaciones forma la orientación total.

La concordancia del ser humano con las dos orientaciones, animal y espacio, lo pone en resonancia con el mundo terrenal, animal-espacial-temporal, supratemporal trascendente y medio ambiente humano.

Pero no todo es cuadrado, y mucho menos de cuatro lados. Los chinos categorizaron a la cruz con el número 5. ¿Por qué? El centro del cuadrado es igual de perfecto que el centro del círculo, sumándole un número más a lo que los romanos creían que era solo un 4.

La cruz una doble función: De unión o síntesis, y de medida. En ella, se unen la tierra y el cielo, el tiempo y el espacio, el cordón umbilical del cosmos con el centro original, es el símbolo más universal y completo, símbolo de la intermediación, de la unión entre arriba-abajo y abajo-arriba. Es una vía de comunicación, capaz de recortar, ordenar y medir los espacios sagrados, como los templos, las plazas de las ciudades, los campos, los cementerios, se elevan altares, piedras, mástiles.

Asimismo, la cruz tiene un significado ascensional. ¿Cómo así? Lo explico a continuación, en una adivinanza germánica medieval se habla de un árbol, cuyas raíces están en el infierno, pero el vértice apunta hacia el cielo, trono de Dios, englobando al mundo en sus hojas. La cruz representa los escalones para que el ser humano asciende al cielo, son siete escalones específicamente, haciendo referencia a los siete cielos.

La cruz en la naturaleza, ¿qué simboliza?

En un marco natural, la cruz asume los temas fundamentales de la Biblia: Es árbol de vida (Génesis 2,9), sabiduría (Proverbios 3,18), madera (como la de la arca, como las varitas de Moisés al surgir el agua, la del árbol plantado a las aguas corrientes, la del palo donde está suspendida la serpiente de bronce),

Cruz en la cima del Cerro Chame

Pero qué hay detrás de las cruces en Panamá

Lo primero que notamos al escalar un cerro o el volcán Barú (baja montaña) es la presencia de una cruz. Pero ¿qué simboliza? De forma latente, el haber llegado a la cima de la formación natural. Pero simbólicamente puede tener diversas versiones, como historias que solo los locales esconden hasta que alguien les pregunten, el arraigado catolicismo como nación conquistada por españoles, o marcar un fin al esfuerzo realizado en todo el trayecto, una sensación única incapaz de poner en palabras.

Entre algunas formaciones naturales en Panamá que cuentan con una cruz como símbolo en su cima están: Cerro La Cruz (900 metros de altura aproximadamente), sendero de isla Taboga, Cerro Chame (aproximadamente 600 metros sobre el nivel del mar), Cerro La Cruz de Valle de Antón (es más un mirador que un cerro como tal), volcán Barú (3,475 metros sobre el nivel del mar), Cerro Calvario de El Copé (912 metros sobre el nivel del mar), incluso el Cerro La Silla tenía una cruz que ahora se encuentra derrumbada. El Cerro Santa Cruz de Penonomé había una cruz, aunque recién visité de nuevo el mirador y ya no contaba con la misma.

La cruz como símbolo en la historia de la humanidad / Cerro La Cruz de Chicá