Una montaña con forma de india dormida

Andrés Matos | may 26, 2019

El sábado, 24 de mayo, decidí escalar por primera vez uno de los cerros más comunes en Panamá: La India Dormida. Me levanté a eso de las 6 am. para emprender hacia El Valle, a dos horas y media en autobús desde la Ciudad de Panamá.

El nombre de la montaña deriva de la forma peculiar de una india en forma de reposo. Una vez llegué al sitio, empecé a preguntar la ruta para iniciar el trayecto. Poco a poco, los locales me dirigían: «En el local a mano izquierda», me comentó una joven de baja estatura, quien caminaba en la otra acera. Seguidamente, el letrero indicaba cuál ruta escoger hasta llegar al final de una calle. Luego, volví a preguntar: «Siga por aquí», señaló un señor muy amable. Cerca de tres autobuses de escuela se encontraban en la zona descargando un montón de niños que solo se llenaban de alegría al escuchar los cuentos de los guías de la zona.

En la entrada hay un letrero que te indica los nombres de cada uno de los senderos que te lleva hacia el tope de la montaña, pero siendo la primera vez, me fui por lo seguro. En la taquilla, que cobran por la entrada al parque natural ($2), había a disposición varios guías, especializados en llevar a extranjeros y que son habitantes de la zona. Pregunté si había uno y sin mayor problema, el señor Argelio me acompañó.

«¿Sabes? Debemos proteger más estos sitios libres de contaminación», comenzó el guía. Fácilmente se podía describir como una persona elocuente, de 5o años, que lleva una vida escalando la India Dormida y cuyos pasos son cada vez más firmes mientras sube a la cima. También señalaba, al ver mi color de piel, que los extranjeros valoran más los sitios históricos y/o turísticos que los propios locales, entendiéndose por panameños en general.

Tras haber subido unos 10 minutos, ya se observaba la primera cascada, que proviene directamente del cabello de la India Dormida. Seguidamente, a mano derecha, hay otra: La Cascada de los Enamorados. Las parejas suelen posar en esta última para ganar fama en sus respectivas redes sociales y amistades. La inclinación del trayecto aumentaría de dificultad sin llegar a ser de igual de difícil que El Gaital.

Mucha fauna hay en el lugar, a pesar de la cantidad de personas que había para ese momento. Ya, poco a poco, se empezaría a tener como vista todo El Valle, detallando El Mercado y cerros aledaños. A simple vista noté que había unos árboles cortados, así que pregunté. La respuesta del guía fue: «Eso es para uso interno de los locales y no es a gran escala». Una vez en la cima, se tiene una vista 360 grados, lográndose notar hasta el parque eólico de Penonomé; la fábrica de pollos Toledano; el helipuerto de donde sale Motta, luego de su visita diurna a Melo; el zoológico El Níspero, entre otros.


Ficha técnica:
1. Dificultad: Fácil.
2. Costo de entrada al parque: $2. De querer un guía: entre $15 a $20.
3. ¿Cómo llegar? En carro: pasa por el puente Centenario, pasa Chorrera, Coronado, El Palmar, San Carlos, Las Uvas, como si fuese a El Mercado de El Valle.
En autobús: pasaje de autobús en la terminal de Albrook por un costo de $4.25, que diga hacia El Valle.
4. Altitud: un aproximado de 1.055 metros sobre el nivel del mar con una elevación de 285 metros.
5. Curiosidades: vista 360 grados desde la cima.
5.1 Hay una cruz, que a diferencia del sinónimo católico de los españoles, a su vez colonizadores, que simboliza el recuerdo de Noely Belle Davis, la historia de una niña que murió, luego de que su padre no se percatase que estaba detrás del carro cuando ya era muy tarde. La cruz se encuentra en el lugar favorito de la familia de 4 integrantes.
5.2 Se puede subir desde cuatro puntos distintos: El medio, el cuello, el cabello o la pierna.

Redes sociales:
1. Instagram: @matos0893 / @matosaudiovisual