Regresé sin darme cuenta
Los secretos que aguarda Coclé
En esta ocasión, regresé a Bajo Grande sin percatarme que todo me parecía conocido. La casa donde dejamos los carros, el puente colgante, el mismo río (Río Grande) que separa La Pintada de Olá, la subida empinada, y muchas cosas más. Todo me parecía similar, pero si había algo distinto era mi visión con respecto al lugar. Definitivamente yo no era el mismo que regresé.
Tras las cascadas que oculta Bajo Grande
A pesar de haber recorrido por las mismas caídas que hace un año, Charles, el guía, decidió llevarnos a dos sitios, que para mí eran nuevos. Se trataba de niveles inferiores a los ya visitados. El primero, Chorro Alto. Una caída de unos 50 a 60 metros de altura, impregnando de agua a cualquiera que se le acerque. Para el nivel inferior, Yeison, ayudó a fijar una cuerda para descender de forma segura. La caída tenía una forma, no igual, parecida a Manglarito. Sin duda, pasamos un buen rato en este primer tramo del viaje.
Segunda parada, Cascada Ojo de Agua
Luego de regresarnos a los carros y bajar un poco por la carretera, pasamos a nuestra segunda parada. Una cascada con una fuerza superior al del Chorro Alto, se trata de la Cascada Ojo de Agua. Pudimos apreciar dos niveles de la misma caída de agua. El segundo se trata más bien de un pozo que continúa con una caída. Para la llegada a este lugar sí necesitamos de 4×4, a diferencia del primer destino. Se alimenta del Río Zapillo, perteneciente a La Pintada.
No les des la ventaja a la duda
Las aguas de ambas cascadas mencionadas tienen algo en común, su fuerza. Y más en invierno cuando llueve más en Panamá. Asimismo, son profundas para practicar lanzamientos de tiro libre, aunque la mejor recomendación es alejarse de las rocas aledañas a la caída como tal, pues podría hundirte más de lo que esperabas.
Provincia: Coclé
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